La cultura de la empresa debe estar orientada a alcanzar la equidad de manera que facilite y garantice la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Indudablemente, esta cultura ha de basarse en la meritocracia y en el trabajo por objetivos, desterrando aspectos del pasado, como es el presentismo. Afortunadamente la tecnología desempeña un papel clave y facilita la flexibilidad. La cultura debe ser inclusiva y además de existir ha de ser evidente, comunicarse y visualizarse, para que cale en todas las capas de la organización. Y, por otro lado, las mujeres tenemos que empoderarnos, perder el miedo y decir lo que queremos. No podemos quedarnos sentadas y pretender que las promociones vengan solas. |