Las prácticas de trabajo flexible deben ponerse a disposición de toda la organización, de manera que los empleados puedan crear sistemas propios que se adapten a sus necesidades de conciliación.
La retención del talento es un reto en multitud de sectores y es necesario adoptar prácticas específicas para que los entornos profesionales resulten atractivos para las mujeres. Los datos del informe IBR de Grant Thornton muestran que las prácticas de trabajo flexibles constituyen la tercera medida más habitual adoptada por las empresas para aumentar la diversidad de género en todo el mundo.[i] Asimismo, según un estudio elaborado por Boston Consulting Group, las oportunidades de trabajo flexible constituyen la política más eficaz para mejorar la diversidad de género (el 51% de los encuestados las eligen como medidas más efectivas)[ii]
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Vandana Saxena Poria, Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE), auditora, reputada innovadora y mentora de talento con sede en la India, se esfuerza por redefinir los entornos de trabajo para que se adapten a todos los empleados, no sólo a la mayoría dominante. "A las mujeres se nos permitió votar hace 100 años. Y la opinión de las mujeres en el entorno de trabajo se ha empezado a tener en cuenta mucho después. Todo se montó para que les funcionara a los hombres: los horarios, los niveles de rendimiento esperados y las prácticas de trabajo se desarrollaron para dar servicio a una sociedad diferente a la actual. Por desgracia, aunque la sociedad ha cambiado, estos elementos siguen igual... Encuesta tras encuesta vemos que tener una equilibrio personal y profesional contribuye a que todos los empleados consigan un mejor desempeño".
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Janki Lalani Gandhi, directora general de Lincoln International LLC en Estados Unidos, afirma que las empresas deben dejar que sus empleados diseñen las fórmulas de trabajo que mejor se ajusten a sus necesidades. "Desde un punto de vista práctico, la empresa tiene que estar dispuesta a evolucionar con el empleado a medida que su vida evoluciona. Para asegurarse de que sus mejores profesionales se sientan empoderados – y me refiero tanto a mujeres como a hombres – el empleado y la empresa deben comprometerse a mantener una comunicación continua sobre este equilibrio. La empresa debe evaluar constantemente su cultura y sus programas, de manera que sus profesionales puedan tener éxito tanto el trabajo y como en su vida personal".
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[i] Getting the Most from Your Diversity Dollars’, Boston Consulting Group, 2017
[ii] Womenomics 4.0: Time to Walk the Talk’ Goldman Sachs, 2014
