Crear una cultura inclusiva

Una cultura con la que las personas se sientan identificadas, en la que se valore su singularidad y en la que puedan decir lo que piensan – este tipo de cultura debe impulsarse desde la alta dirección, a través de palancas como el empoderamiento, la valentía, la responsabilidad y la humildad.

Según un estudio mundial de liderazgo inclusivo realizado por Catalyst sobre cómo describen los empleados las culturas inclusivas y las conductas de liderazgo[i], cuanto más incluidos se sienten los empleados, más innovadores son en sus trabajos y más conductas de equipo desarrollan.

"La creación de una cultura inclusiva requiere que el equipo de dirección comprenda realmente las emociones, comportamientos y actitudes de su organización y tome medidas expresas para cambiar aquellos aspectos negativos que resten valor a la cultura", afirma Brenda Trenowden, Comendadora de la Orden del Imperio Británico (CBE) y presidenta mundial de 30% Club. "Los comportamientos y modelos a seguir deben identificarse y transmitirse a través de toda la organización, tanto por parte de los altos directivos como a través de individuos con gran influencia. Estos valores deben alinearse con las aspiraciones estratégicas de la organización".

Y los altos directivos deben hacer algo más que defender la causa de la diversidad: deben liderar de una manera inclusiva, asegurándose de que todos los empleados puedan expresar sus diferencias, sabiendo que estas diferencias pueden ser aprovechadas para aportar un verdadero valor.

"Necesitamos líderes que aprovechen la diversidad de pensamiento y que sepan cómo hacerlo", dice Heather Price, propietaria y CEO de la consultora australiana de diversidad Symmetra. "Líderes que consigan que los empleados se sientan seguros – es decir, que las personas que tengan puntos de vista divergentes se sientan cómodas para presentarlos, y no sufran castigos ni humillaciones si rechazan o no están de acuerdo con las perspectivas existentes, pudiendo expresar sus preocupaciones o experimentar con medidas que nunca se hayan llevado a cabo en la organización".

La evolución de la cultura es necesaria, pero no es fácil. "Es una de las cosas más difíciles de conseguir, porque no se trata de que una persona cambie su comportamiento, sino de que toda una organización cambie su forma de pensar", afirma Kim Schmidt, responsable mundial del cultura y recursos humanos de Grant Thornton International.. "Para sobrevivir y prosperar, las organizaciones necesitan una cultura innovadora, y la diversidad es esencial para ello".

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[i] Getting the Most from Your Diversity Dollars’, Boston Consulting Group, 2017