Women in business

Liderazgo femenino, una ventaja estratégica

Isabel Perea
Por:
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Las empresas con mayor liderazgo femenino son más innovadoras y competitivas. Sin embargo, las barreras estructurales siguen limitando el acceso de las mujeres a puestos clave, lo que supone una preocupante pérdida de talento. En un contexto de escasez de talento, no podemos permitirnos otra generación de oportunidades perdidas.
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Desde que estalló la pandemia, las organizaciones han aprendido que la innovación y la facilidad de adaptación a las distintas convulsiones son clave, no solo para asegurar la producción y la rentabilidad, sino también para mantener un nivel óptimo de competitividad. En este sentido, contar con equipos diversos y con talento femenino en posiciones de dirección no es solo es justo y deseablesino un factor estratégico que aporta innovación, resiliencia y competitividad a las compañías en unos momentos complejos.

El liderazgo femenino ha demostrado ser un catalizador del cambio organizacional. Nuestro conocido informe Women in Business, que lleva más de veinte años analizando la evolución de las mujeres en puestos directivos, evidencia que los equipos directivos con una mayor presencia femenina presentan niveles más altos de innovación, mejoran la toma de decisiones estratégicas y generan entornos de trabajo más inclusivos. Además, la diversidad de género en la alta dirección contribuye a la retención del talento y mejora los resultados financieros, factores clave en un contexto de creciente competencia y transformación digital.

 

Una generación sin oportunidades perdidas

No podemos obviar la importancia del talento en un escenario en el que su escasez puede resultar determinante para cualquier compañía. Y tampoco poder desaprovechar otra generación de talento femenino, lastrado por barreras y falta de igualdad. En este sentido, contar con mujeres directivas crea un modelo a seguir para las jóvenes profesionales y mejora sustancialmente la marca empleadora de cualquier compañía, además de acelerar el cambio por la igualdad desde las posiciones de dirección.

De hecho, el actual panorama global requiere líderes con unas habilidades que trasciendan la visión tradicional del liderazgo. La capacidad de empatía, la comunicación efectiva o la gestión colaborativa son competencias cada vez más valoradas en el entorno empresarial y que se asocian con un liderazgo más inclusivo, como el que suelen desarrollar las mujeres en posiciones ejecutivas. En este sentido, las empresas que integran el liderazgo femenino como una ventaja competitiva no solo obtienen mejores resultados, sino que también generan confianza entre sus stakeholders y clientes.

 

Las presiones externas, claves para avanzar

Investigaciones como la nuestra señalan que las empresas reciben cada vez más presiones externas, que se interesan por conocer cuál es el grado de igualdad en las posiciones directivas. Y lo más revelador es que estas presiones funcionan, es decir, que las organizaciones que las reciben ven crecer el liderazgo femenino en su seno. También es significativo que estas demandas no vienen impuestas en su mayoría por las administraciones, sino que proceden del propio mercado, lo que indica que vivimos una tendencia de concienciación sobre las ventajas del talento femenino.

A pesar de estos beneficios, nuestros datos demuestran que las barreras estructurales persisten. La dificultad de las mujeres para acceder a los puestos de mayor responsabilidad, como el de CEO, refleja la necesidad de implementar estrategias más eficaces para impulsar la equidad en la toma de decisiones. En este sentido, medidas como los incentivos económicos vinculados a la diversidad, los programas de mentoría o las políticas de conciliación han demostrado ser herramientas clave para fortalecer el liderazgo femenino.

La equidad de género no es solo una cuestión de justicia, sino una estrategia empresarial imprescindible para afrontar los retos de un mundo en constante evolución. Las empresas que reconocen y potencian el talento femenino están mejor preparadas para liderar el cambio, fomentar la innovación y consolidarse como referentes en sus sectores. No avanzar en esta dirección supone un riesgo que ninguna organización debería asumir.

Es más necesario que nunca que las organizaciones adopten una visión de largo plazo para la promoción del liderazgo femenino. La sostenibilidad de sus modelos de negocio dependerá, en gran medida, de su capacidad para integrar talento diverso y generar estructuras de trabajo más equitativas y flexibles. Además, la implementación de medidas como la flexibilidad y la conciliación, el desarrollo de redes de apoyo profesional y el acceso igualitario a oportunidades de ascenso son claves para consolidar un entorno donde las mujeres puedan alcanzar su máximo potencial.

Aquellas organizaciones que logren cerrar la brecha de género y fomentar un liderazgo verdaderamente inclusivo se encontrarán en una mejor posición para enfrentar los desafíos del futuro, adaptarse a las transformaciones del mercado y generar valor sostenible a largo plazo. Pero para ello, es necesario continuar dando pasos cada vez más amplios y decididos. Es necesario, como reza el lema del Día Internacional de la Mujer de este año, "acelerar la acción".