El 17 de noviembre, la EBA (Autoridad Bancaria Europea) publicó el segundo informe relacionado con la implementación de IFRS9 por parte de las instituciones financieras de la UE.
El informe concluye que las entidades han logrado avances relevantes en la implementación de modelos de Pérdida Esperada (ECL), aunque el entorno es cambiante y desafiante.
Las principales conclusiones identificadas que plantean preocupaciones prudenciales por parte de este organismo son:
- La EBA detectó diferentes enfoques para determinar los indicadores cuantitativos establecidos para el SICR (incrementos significativos del riesgo de crédito). Además, falta una evaluación colectiva o conjunta del SICR.
- Aunque los overlays permiten a las entidades tener en cuenta factores de riesgo o circunstancias específicas no capturadas por los modelos, la EBA observó diferentes enfoques en relación con los niveles de calibración y aplicación.
- Las hipótesis adoptadas por las entidades sobre la aplicación de factores macroeconómicos para la estimación del impacto forward-looking, el uso de periodos de previsión largos y prácticas de “suavizado”, entre otros, derivan en un efecto moderado en las carteras. Esto impide que se refleje la naturaleza prospectiva en las cifras finales de la IFRS9.
- El ejercicio de backtesting, si bien se desarrolla en las instituciones, existen diferencias referentes al estado actual de su implementación. Además, existe una desalineación en el alcance de los factores de riesgo considerados (incluidas overlays) y el tipo de análisis realizado. También se ha detectado una falta de seguimiento y acciones concretas.
La EBA continúa supervisando la aplicación de IFRS9 siguiendo su hoja de ruta establecida para garantizar una implementación coherente y de calidad.
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