La digitalización y la apuesta por el desarrollo de las nuevas tecnologías ha pasado a ser desde hace años una pieza fundamental en la competitividad y crecimiento de las empresas. En la actualidad esta circunstancia cobra aún más importancia debido a los altos niveles de inflación alcanzados en todo el mundo y las perspectivas que indican que esta situación se mantendrá durante este año 2024.
Frente a esto, el informe International Business Report (IBR) de Grant Thornton, una encuesta bianual que se realiza a cerca de 10.000 medianas empresas de 29 países entre los que figura España, destaca que en nuestro país más de la mitad de las compañías (un 54,5%) cree que el riesgo a un persistente y elevado aumento de los costes y una menor competitividad empresarial está estimulando el desarrollo de herramientas digitales para su negocio.
Así, un 56,4% de los empresarios españoles ve como principal ventaja de este proceso alcanzar una mayor agilidad operativa, mientras que para el 49,2% uno de los aspectos positivos es el de reducir los costes operativos y de eficiencia. La mejora en la gestión de los riesgos también es otra de las principales ventajas para el 47%. Casi la mitad de los directivos españoles (46,6%) pone el foco en la mayor capacitación de los empleados y el 44,5% considera que la digitalización les permite obtener más información sobre su empresa. En cuanto a la posibilidad de obtener más ingresos derivados de la inversión tecnológica, un 39,8% lo considera posible mientras que menos de un tercio de los directivos consultados (29,7%) estima que una mayor digitalización de su negocio mejorará la experiencia del cliente.
“Estamos experimentando una situación extraordinaria a raíz de las altas tasas de inflación y el incremento de los costes energéticos, que están causando un gran impacto al sector empresarial. Sin embargo, aumentar la digitalización de las empresas puede compensar esta situación. La clave está por tanto en la apuesta por la innovación y la modernización como forma de optimizar costes y procesos y generar nuevo valor añadido“, explica Manuel San Martín, socio de Consultoría de Negocio e Innovación de Grant Thornton.
La eficiencia se ha convertido en una prioridad y la innovación digital es vital para conseguirla. Las empresas deben actualizar sus sistemas y procesos para desarrollar modelos productivos más eficientes que puedan hacer frente a un momento como el actual caracterizado por un ritmo de crecimiento más lento. Al mismo tiempo, la transformación digital sigue siendo crucial para aumentar la participación del consumidor y mejorar la productividad y el crecimiento de las empresas.
Precisamente, para apoyar este crecimiento, más de la mitad de las compañías encuestadas en España (51,3%) aseguran que destinarán parte de su inversión en digitalización, en aumentar la gestión de la seguridad informática, 13,4 puntos más que la media de las empresas europeas (38,1%).
Para Isabel Bellot, directora de Transformación Digital de Grant Thornton, “Alcanzar una mayor digitalización del negocio trae aparejado nuevas oportunidades para la empresa, pero también crear una mayor estructura de seguridad digital. En este sentido encontramos que los datos son una prioridad principal para las empresas, que predicen una rentabilidad creciente a través de un tratamiento inteligente de ellos. Por ello, las compañías están invirtiendo de forma decidida en nuevas estructuras digitales de almacenamiento y seguridad”.
“Tres de cada cuatro empresarios consideran que están aprovechando eficazmente la información digital y los datos recopilados para apoyar su estrategia de marketing y crecimiento. Aún así, es reseñable que un 25% de compañías en España y un 20% a nivel global todavía no aprovechan la digitalización para impulsar su negocio. Este hecho puede marcar una diferencia sustancial en un periodo inflacionario como el actual”, explica Manuel San Martín, socio de Consultoría de Negocio e Innovación de Grant Thornton.
“Es destacable que más de la mitad de las empresas en España (54,5%) planean aumentar la inversión digital general en los próximos 12 meses. Sin embargo, el 31,7% de las empresas no tienen pensado impulsar la digitalización para paliar los efectos de la inflación. El tejido empresarial debe ser consciente de que debe dejar atrás una actitud contemplativa y apostar por vías que modernicen e impulsen su actividad”, sostiene Isabel Bellot, directora de Transformación Digital de Grant Thornton.
Estos resultados contrastan con los alcanzados a nivel global, donde el 66% de las empresas prevé acelerar la inversión en digitalización como consecuencia de la inflación, 12 puntos más que la previsión española. En el lado contrario, el 12% de las compañías no prevén que el aumento de la inflación les incentive a acelerar su digitalización.
Un hecho destacable es que casi un 60% de las empresas españolas preguntadas afirman que su estrategia digital persigue reducir su dependencia de mano de obra como consecuencia de la escasez de mano de obra cualificada y el aumento de los costes derivados de ella. Por el contrario, un 18,6% no persigue este objetivo mientras que un 22% no tiene un objetivo claro al respecto.
“Es evidente que a medida que aumenta la inflación, el mayor riesgo para el midmarket español es no hacer nada”, explica Manuel San Martín. “
Sin embargo, la digitalización conlleva nuevos retos y riesgos que las empresas tienen que hacer frente. La ciberseguridad es posiblemente la más trascendente de todas, aunque no podemos dejar de lado muchas otras como disponer de datos de calidad que aporten valor añadido o la dificultad para encontrar talento digital en el mercado”.
En este sentido, a nivel global los resultados alcanzados no difieren en exceso con respecto a los retos diagnosticados por las empresas españolas. En el plano internacional, para un 52% la ciberseguridad es la preocupación más importante mientras que un 36% ve en la calidad de los datos uno de los retos más acuciantes, 6 puntos menos que en el caso español. Por otra parte, seleccionar los sistemas adecuados es otra preocupación para el 32% de los directivos a nivel global, 8 puntos menos que a nivel nacional.
